El pasado viernes 12 de agosto, la colectiva “Ya no somos invisibles” colocó una placa en la Casa de la Cultura del Mayab “Leopoldo Peniche Vallado” para conmemorar el Instituto Literario de Niñas en Mérida, escuela elemental y primera Escuela Normal de Yucatán para maestras, dirigido por la maestra Rita Cetina en 1877.

De acuerdo con el pronunciamiento de la colectiva, a cargo de Liliana Hernández y Silvia Káter, el Instituto Literario significó el acceso a la educación superior para las mujeres. La primera generación de maestras se enfrentó a varios inconvenientes como que el instituto no siempre les pagaba a tiempo a las profesoras e incluso tuvieron que pagar por materiales escolares.

En el evento explicaron que la maestra Rita Cetina tuvo dos periodos de dirección. El primero fue de 1877 a 1879, momento interrumpido “por aquellos que deseaban ejercer control del Instituto y que terminaron en la renuncia de la directora”, regresando a la sociedad literaria, “La Siempreviva” con sus colegas. La segunda etapa, fue de 1886 a 1902, cuando directora se vio en la necesidad de renunciar debido a problemas de salud.

Entre esos dos periodos estuvo la profesora Enriqueta Dorchester ocupó el cargo de directora, quien también sufrió de injusticias institucionales y la insuficiencia del presupuesto destinado al Instituto.

De igual forma, señalaron que el plan de estudio generó polémica y ambas directoras se enfrentaron al Consejo de Instrucción Pública que dictaminó suprimir las clases de pedagogía y ciencias naturales implementadas por Enriqueta Dorchester y que Rita Cetina intentó mantener en su segundo periodo como directora, lo que logró temporalmente a pesar de ser presionada constantemente con eliminarlas.

“Los esfuerzos de las profesoras no fueron en vano, ya que su trabajo constituyó en una fuente de inspiración para sus estudiantes quienes años posteriores, habrían de formar parte de movimientos políticos y sociales para la obtención de derechos para las mujeres”, se escuchó en el pronunciamiento.

Resaltaron la importancia de revalorizar la memoria histórica de las mujeres como un derecho humano, así como rastrear la genealogía de las mujeres valientes y brillantes “cuyas historias merecen estar presentes en nuestra memoria y en el espacio público”.

“Gracias por comprender que esto ya no se trata del “ahora”, no se trata solamente de nosotras, sino de las futuras infancias a las que les podamos contar más sobre nuestra historia, sin omisiones, sin censura y con perspectiva feminista, a quienes digamos orgullosas que ya no somos invisibles”, finalizó el pronunciamiento.

Esta sería la cuarta placa que la colectiva “Ya no somos invisibles” coloca hasta el momento. La primera fue en el Teatro José Peón Contreras que fue sede del Primer Congreso Feminista de México en 1916; la segunda, fue en conmemoración a “La Siempreviva” en el recinto donde estuviera sus instalaciones; la tercera en los altos del ateneo, donde estuviera las oficinas de la liga feminista Rita Cetina Gutierrez.

Por parte de la colectiva “Ya no somos invisibles”, estuvieron: Liliana Hernández, Silvia Káter, Amelia Ojeda, Jimena De los Santos, Cindy Santos, Martha Ruiz y Giovana Jaspersen. Acompañadas de la coordinadora de la Casa de la Cultura del Mayab “Leopoldo Peniche Vallado”.

De igual forma, estuvieron en el evento la Dra. Piedad Peniche Rivero, escritora de “Rita Cetina, La Siempreviva y el Instituto Literario de Niñas: una cuna del feminismo mexicano, 1846 – 1908”; María Elisa Cetina Loría, bisnieta de la maestra Rita Cetina Gutiérrrez y María Teresa Herrera Albertos, bisnieta de Gertrudis Tenorio Zavala.

Por Lucero Ek

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